En la época actual, donde la economía no pasa por sus mejores momentos, donde la palabra CRISIS aparece regularmente y donde sus efectos son visibles directamente, es normal que las economías familiares o empresariales intenten reducir gastos.
En todas las economías un gasto fijo a tener en cuenta són los seguros. Siempre he pensado que los seguros son fundamentales para asegurar la continuidad de la vida cotidiana, negocio, prevenir el futuro, etc.., y por esta razón creo que en momentos de crisis son más necesarias que nunca.
Básicamente se trata de conseguir ahorro pero sin renunciar y/o anular ninguna póliza, aquí podríamos aplicar la idea de que "cuanto menos líquido tengamos más necesario es tenerlo todo bien asegurado. "
La cuestión es conseguir que el mercado sea consciente de la importancia de las coberturas de sus pólizas y la repercusión que el posible siniestro tendrá en la economía de la familia o en el balance de resultados de la empresa.
Por eso, si cuando no había crisis las coberturas eran importantes y las indemnizaciones fundamentales para seguir adelante, en estos tiempos difíciles es cuando tener la total y absoluta tranquilidad·de tener cobertura en caso de siniestro se vuelve fundamental.
Una vez tengamos claro que los seguros se tienen que mantener, surge la segunda idea recurrente: reducir capital y eliminar coberturas, evidentemente la prima bajará, pero a qué precio ?
Estos dos casos son los más comunes, aunque el resultado se convierte en capitales infravalorados (aplicación regla proporcional) y la no cobertura de siniestros, en otras palabras; el hecho de intentar reducir gastos se convierte en un misil en la línea de flotación del patrimonio particular o empresarial.
Lamentablemente la intención de ahorrar dinero con el seguro provoca más gastos por el hecho de no tenerla o haber reducido garantías, que los ahorros logrados.
En toda esta reflexión se debe incorporar (no puedo evitarlo) la figura del mediador, que es esa persona de nuestra confianza que nos asesora y está a nuestro lado en todo momento, buenos o malos, con o sin crisis.
Su figura es importante en la medida en que con su experiencia y conocimiento que tiene la realidad familiar y/o empresarial nos aconsejará en todo aquello que sea mejor para nosotros y nuestro patrimonio, tratando de mejorar las políticas en precio, sin rebajar garantías y capitales y buscando la mejor solución en este momento de convulsión económica.
La situación de crisis que nos rodea establece los parámetros de funcionamiento, por eso si el cliente no obtiene lo que necesita, lo que exige, buscará otra solución, otra organización que le aporte las respuestas a sus necesidades.
Es en este momento dónde la competitividad del mercado es tan marcadamente exagerada, cuando el mediador se tiene que diferenciar mediante eficacia y rendibilidad. Este mercado enrarecido aunque es bastante complicado nos debe hacer más fuertes, más competitivos y por encima de todo acercarnos aún más a nuestros clientes.
Fuente: Sergi Roca. Socio y Director del Área de Seguros de Teixidó Associats
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